La focal que utilicemos, sobre todo cuando adoptamos puntos de vista subjetivos en fotografía gastronómica, va a determinar inevitablemente la imagen que obtengamos.
Vamos a fijarnos en tres aspectos:
El primero será la geometría general de la escena, su profundidad o anchura. El espacio que percibimos entre los elementos será el segundo y por último la profundidad de campo con la que vamos a trabajar.
Los dos primeros están determinados por el espacio que encuadramos en la perspectiva puesto que cuanto más larga sea la focal obtendremos un ángulo menor en el encuadre, como puedes observar en este gráfico.

Esto va a provocar que, observados desde el mismo punto y por efecto de la perspectiva, fotografiemos dos objetos, que son exactamente iguales pero a diferente distancia, como dos objetos con formas diferentes.
En la siguiente imagen puedes ver como dos baldosas iguales tienen diferente forma por efecto de la perspectiva. Si las fotografiamos por separado y sin desplazarnos, obtendremos dos imágenes muy diferentes.

Si quisiésemos fotografiar esas dos baldosas aisladas sin movernos de donde estamos nos veremos obligados a utilizar una focal mucho mayor para conseguir la foto de la baldosa más alejada. Eso es lo que ha dado origen a la idea tradicional de que los teleobjetivos comprimen la perspectiva, no siendo así, es que fotografían la parte de la perspectiva donde los objetos se representan más comprimidos.
En el caso que quisiéramos fotografiar un mismo objeto, como puede ser un plato, con la cámara a la misma altura y con el encuadre más semejante posible, cuanto mayor sea la focal que utilicemos más vamos a tener que alejarnos del objeto y estaremos obligados a tener en cuenta que van a entrar en juego las condiciones que impone la perspectiva.
Matizo lo de la cámara a la misma altura porque es un factor delicado.
Veamos lo que ocurre con un tablero del parchís al fotografiarlo, con el encuadre lo más parecido que me ha sido posible, utilizando cuatro focales: 17mm 40mm 100mm y 200mm (la idea inicial era 25, 50, 100 y 200 pero tengo el 50mm caído en combate y aún no lo he llevado al servicio técnico)
Se trata de un tablero de 34 cm que tiene un cuadrado central de 6,5 cm y en su interior un círculo de 5 cm y otro de 2 cm. Las fotos las he hecho con luz natural y una abertura de f:5.6 enfocando en todos los casos al centro del tablero.
17 mm
En esta foto la fuga es muy grande, podemos apreciar que el tablero parece ser más estrecho que largo y el círculo amarillo parece estar más separado del círculo verde que del azul. La distancia de enfoque es de 43 cm.
La profundidad de campo es muy amplia, +/- 14 cm
40 mm.
En esta foto vemos una perspectiva mucho más natural, los lados del tablero dan la sensación de ser más semejantes y la distancia entre los círculos azul, amarillo, verde y rojo parece estar más igualada. Para hacer esta foto he tenido que alejarme, el enfoque está a 69 cm.
He perdido profundidad de campo, tengo +/- 6 cm
100 mm.
Aquí ya tenemos la sensación de que el tablero es más ancho que largo y los círculos amarillo y azul parecen más próximos al verde y rojo. La fuga de los laterales es mucho menor. He tenido que separarme hasta 1,47 m.
La profundidad de campo también se ha reducido, ronda los 5 cm
200 mm.
La fuga ahora es mucho menor, sin embargo la distancia entre los círculos amarillo y azul parece haber aumentado y a la vez parecen estar más cerca de los círculos más próximos. Para esta foto he tenido que alejarme hasta los 1,97 m.
La profundidad de campo es ahora más crítica, sobre los 2 cm.
Como ves, tanto en fotografía gastronómica como en cualquier otra especialidad, la elección de la focal es importante. El resultado es muy diferente y conviene valorar qué queremos potenciar y cómo lo queremos representar. No es bueno dejarse llevar por la pereza de tener que plantar el trípode en otro sitio o tener que cambiar de objetivo. Elegir la focal ha de ser uno de los primeros pasos al realizar la foto porque va a afectar seriamente al resultado.
No quiero decir con esto que haya que utilizar una u otra. Simplemente que no es cuestión de elegir una cualquiera por comodidad. Hay otros factores que van a influir en la imagen, como por ejemplo tratar de igualar el ángulo de visión al cambiar el objetivo, o variar la abertura del diafragma para modificar la profundidad de campo, etc. etc… Esto daría para un libro. Simplemente se trata de tener una cierta previsión de lo que vamos a obtener para ser más eficaces o simplemente más personales.
Puedes complementar esto con la lectura del artículo «Angulares, teleobjetivos, perspectivas y la foto que queremos hacer» de mi antiguo blog.
¡Muy bueno! ¡Voy a probarlo!
¡Enhorabuena por el Blog!
Muchas gracias, Suzana. Es importante tener claro esto.