Fotografiar con luz natural es una gozada, por algo es la luz para la que han evolucionado nuestros ojos. Tiene una calidad especial y su fuente está tan lejos que no tiene pérdida de intensidad. Es una luz cómoda, agradable y ¡no se funde nunca! (toca madera). Continuar leyendo «Milhojas de San Avito»